martes, 29 de diciembre de 2009

Lo que la mar se llevó

Por circunstancias, un día la vida me llevó a pasar una gran temporada en un pueblo costero. Uno de esas poblaciones de tradición marinera que pueblan nuestra costa gallega. Allí, empecé de cero prácticamente; nueva casa, nuevo colegio, nuevos amigos, etc. Al principio se me hizo duro, pero poco a poco y a base de constancia logré conseguir más de lo que yo mismo esperaba.
En aquel apartado pueblo, supe lo que era un temporal. Supe valorar las amenazas que "el hombre del tiempo" predicaba. Pude comprobar la violencia con la que sacudía la franja litoral. Allí, si llovía con ganas.
En aquel lugar, quién más y quién menos perdió algún ser querido en algún naufragio. -El mar se lo llevó-. En cualquiera de lo siete mares hay víctimas.
Historias como estas habría mil en cualquier pueblecito marinero.
Por eso, hoy dedico la entrada a todos aquellos naúfragos o gente querida, que la mar arrancó de sus vidas, porque cuando saqué la instantanea, en un fuerte día de temporal, (aunque la foto no lo constate) todo aquello se me pasó por la cabeza.


Hablando de océanos y mares, mañana nos iremos a un lugar mágico, dónde el gran Atlántico da paso al coqueto y furioso Cantábrico o viceversa, juntando sus aguas como hermanos bajo la atenta mirada del homenajeado lugar de mañana.