lunes, 11 de enero de 2010

De mesa

Cualquier cosa puede sevir de entretenimiento para estas frías tardes de invierno en las que salir a la calle se convierte en una odisea sólo está al alcance de valientes.
Una de mis favoritas, siempre han sido esos grandes "piques" con los amigos al parchís. La tensión que puede llegar a acumular un juego tan simple como éste, desvancando incluso a la poderosa "play", no es comparable a la rivalidad "sana" que logra conseguir cuando alguien mete las cuatro fichas en casa. ¿Trampas? Nunca. Vale, miento, pocas...